sumergiéndose en su interior con la intención de ya no más despertar.
Dulce adormecimiento que el alma mece con las melódicas olas del océano interno.
Búsqueda incesante de reencontrarse con la espuma
y varar su cuerpo en la arena de otras playas,
cálidas y hospitalarias tierras de suaves brisas y sin tormentas.
Anclada en todos lo fríos de todos los tiempos,
con el cuerpo quemado por el frío invierno,
refugiada en su mundo mirando de soslayo
cómo el acontecer diario no le devuelve la calma.
Se agotaron las preguntas en su corazón
y parieron todas las respuestas en el alma.
Nada que perdonar, nada que retraer,
sin tiempo para esperar, todo el tiempo para olvidar.
Vueltas y más vueltas en una noria mental
sin ver la utilidad de su rotar ni el fin de su girar perpetuo.
De no parar en un no mover, sólo girar y girar,
quedándose ahí...estática y firme en su movimiento.
Búsqueda incesante de reencontrarse con la espuma
y varar su cuerpo en la arena de otras playas,
cálidas y hospitalarias tierras de suaves brisas y sin tormentas.
Anclada en todos lo fríos de todos los tiempos,
con el cuerpo quemado por el frío invierno,
refugiada en su mundo mirando de soslayo
cómo el acontecer diario no le devuelve la calma.
Se agotaron las preguntas en su corazón
y parieron todas las respuestas en el alma.
Nada que perdonar, nada que retraer,
sin tiempo para esperar, todo el tiempo para olvidar.
Vueltas y más vueltas en una noria mental
sin ver la utilidad de su rotar ni el fin de su girar perpetuo.
De no parar en un no mover, sólo girar y girar,
quedándose ahí...estática y firme en su movimiento.
Imagen de la red
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