Y el día se convirtió de repente en noche y la oscuridad se hizo perpetua en el mundo de de los habitantes sin alma. Se resquebrajó el cielo y cayeron bolas de fuego sobre la población. El Universo se estremeció al contemplar lo desolado que había quedado su amado Planeta. Destrucción, habían llevado aquellos seres sin alma a la destrucción de todo ser viviente, nada quedaba de lo que fue en otras historias, vida, paz, comprensión, humanidad...no quedaba ningún resquicio de lo que un día fuera.
No cabían lamentos porque ya nada se podía hacer, nada quedaba de todo lo que se construyó en tantos y tantos millones de tiempos. No habían aprendido de sus errores y este era el precio que habían pagado sus habitantes, su propia aniquilación.
Miró el Universo hacia otras galaxias esperando encontrar apoyo para no sentir aquel dolor tan terrible por la pérdida de su hijo predilecto. La codicia humana es inhumana, se dijo, lo tenían todo a su abasto y no supieron apreciar su riqueza, lo tenían todo en la tierra, en el mar, en el aire y lejos de cuidarlo y respetarlo lo explotaron hasta dejar el Planeta sin alma ni entrañas, contaminaron ríos y mares sin remordimientos, inventaron guerras en las que poder amortizar todo lo que gastaron en armas, dejaron a las almas blancas en situación de hambruna y muerte solo para obtener poder, poder y riquezas. ¿De qué les ha servido querer acumular riquezas y obtener poder absoluto si con ello se han sentenciado y se han degradado como humanos? se interrogaba el Universo. Y ahora todo ha desparecido, dijo para sí entristecido, mi espacio se ha convertido en un cementerio de almas oscuras , de sombras de la noche que vagan por mi reino estupefactas sin darse cuenta de que ya no hay lugar en el espacio para ellas y que su destino es vagar sin rumbo por la eternidad de la noche.
Las almas blancas lloran, se lamentan y buscan respuestas. Hace miles de años que sufren las maldades a que fueron sometidas. Las almas blancas son la única esperanza que le queda al caos para regenerar pensamientos e ideas en una nueva galaxia, fuera de las garras malignas de las almas oscuras que van a la caza de nuevas víctimas.
En su infinito amor por las almas dolientes, el Universo se apiadó de ellas y les concedió un nuevo lugar en el que volver crear vida con la semilla que llevaban consigo desde la noche de los tiempos, la semilla de la generosidad y el respeto hacia el espacio que les acoge, de respeto a la vida en sí hacia todas las especies de los distintos reinos. El Universo confió en las almas blancas y en su autenticidad en cuanto a su condición humana, sabía que solo ellas podrían repoblar aquel nuevo hogar y hacer buen uso de su humanidad.
Imagen de la red
No cabían lamentos porque ya nada se podía hacer, nada quedaba de todo lo que se construyó en tantos y tantos millones de tiempos. No habían aprendido de sus errores y este era el precio que habían pagado sus habitantes, su propia aniquilación.
Miró el Universo hacia otras galaxias esperando encontrar apoyo para no sentir aquel dolor tan terrible por la pérdida de su hijo predilecto. La codicia humana es inhumana, se dijo, lo tenían todo a su abasto y no supieron apreciar su riqueza, lo tenían todo en la tierra, en el mar, en el aire y lejos de cuidarlo y respetarlo lo explotaron hasta dejar el Planeta sin alma ni entrañas, contaminaron ríos y mares sin remordimientos, inventaron guerras en las que poder amortizar todo lo que gastaron en armas, dejaron a las almas blancas en situación de hambruna y muerte solo para obtener poder, poder y riquezas. ¿De qué les ha servido querer acumular riquezas y obtener poder absoluto si con ello se han sentenciado y se han degradado como humanos? se interrogaba el Universo. Y ahora todo ha desparecido, dijo para sí entristecido, mi espacio se ha convertido en un cementerio de almas oscuras , de sombras de la noche que vagan por mi reino estupefactas sin darse cuenta de que ya no hay lugar en el espacio para ellas y que su destino es vagar sin rumbo por la eternidad de la noche.
Las almas blancas lloran, se lamentan y buscan respuestas. Hace miles de años que sufren las maldades a que fueron sometidas. Las almas blancas son la única esperanza que le queda al caos para regenerar pensamientos e ideas en una nueva galaxia, fuera de las garras malignas de las almas oscuras que van a la caza de nuevas víctimas.
En su infinito amor por las almas dolientes, el Universo se apiadó de ellas y les concedió un nuevo lugar en el que volver crear vida con la semilla que llevaban consigo desde la noche de los tiempos, la semilla de la generosidad y el respeto hacia el espacio que les acoge, de respeto a la vida en sí hacia todas las especies de los distintos reinos. El Universo confió en las almas blancas y en su autenticidad en cuanto a su condición humana, sabía que solo ellas podrían repoblar aquel nuevo hogar y hacer buen uso de su humanidad.
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