Me sabe a ti aquel bello rincón del parque que fue testigo de nuestras muestras de amor cuando solo éramos un par de alocados adolescentes.
Me sabe a ti y no dejo de imaginar tus pasos lentos al llegar, al acercarte con delicadeza abrazándote a mí y rodeando mi cintura. Me envolvías y mecías, me tomabas en brazos con sumo cuidado y girabas y girabas cargada conmigo hasta que me depositabas en el suelo y las volteretas se convertían lentamente en una dulce y silenciosa danza que seguíamos al compás de la melodía que solo nosotros podíamos escuchar. Era la melodía divina que nacía del latir del ímpetu de nuestros corazones, disparando por completo el mundo de emociones que nos embargaba cuando nuestros cuerpos se encontraban, se colmaban de besos y caricias estremeciéndose hasta el alma de la emoción.
Me trae tu recuerdo el sonido alegre de las aves que revoloteaban en torno a nosotros. En aves mensajeras se convirtieron de nuestro amor y llevaban su jubiloso cántico hacia rincones que jamás hubiéramos podido imaginar que pudieran escucharse.
Me huele a ti, cuando lo pienso, el aroma que desprendían las bellas flores silvestres regalándonos su aroma para colmarnos de felicidad, fragancia a lavanda y espliego en nuestros corazones se prendía con deseo.
Amor, te recuerdo en cada forma que toman las nubes cuando escribías en ellas mi nombre y animoso me retabas a caminar descalza entre algodones.
Escucho tu voz en el sonido de la fuente de aquel estanque en el que solíamos contemplar la variedad de peces que sumergidos esperaban con atención la amable mano de los niños que les llevaran su ración de trocitos de pan a los que se habían acostumbrado.
El sonido de cada gota de agua me habla de ti, de tu risa cantarina y contagiosa, de las dulces palabras que a mi oído susurrabas y con las que me hechizabas.
Te pienso y te amo en la hojarasca otoñal que alfombraba el suelo de nuestro parque, en cada hoja que el viento hacía caer de los árboles y que poco a poco se iban despojando de su verdor depositando su vestidura en el césped. Te recuerdo apilando hojas de distintos tamaños y formas para ofrecerme un hermoso ramillete con el que decorar mi habitación. En cada hoja escribías un poema y en el reverso no faltaba la palabra AMOR en letras mayúsculas y un "Te quiero hoy y te querré siempre", como sentencia de eterno amor.
Te pienso y te amo cuando me miro al espejo y veo mi rostro ya marchito por el tiempo, con los surcos que dejan los años y el peso de los fríos inviernos que sin ti tuve que soportar. Te imagino detrás de mí enredando tus dedos en los rizos de mi canoso cabello, susurrándome con voz muy queda que los años no han hecho merma en mi naturaleza y han aumentado mi belleza interior.
Te pienso y te amo al despertar cada día y contemplar el vacío que tu huella dejó en nuestro lecho cuando de mi lado te fuiste sin quererlo todavía y contra tu voluntad.
Te amo y te echo de menos en cada desayuno que preparábamos juntos, en todas las miradas y silencios significativos, en todo el amor que durante tantos años compartimos, en tu presencia etérea que ha permitido que en mi día a día no me sienta desolada y vivir esperanzada con la idea de que llegará el momento en que volveremos a encontrarnos allá, entre algodones y estrellas, el lugar eterno en el que tú estás.
Amor mío, te dedico en estas letras todo el amor que aún mantengo, quiero que sepas que te añoro, que te amo y te amaré siempre con un amor que traspasa el tiempo y que trasciende el plano terrenal. Espero ansiosa el día de acudir a tu llamada y con mi alma ya preparada que conmigo estés presente a la hora señalada para cruzar contigo el umbral y cumplir así nuestra promesa de amarnos para siempre, por toda la eternidad.
Foto de Marina Collado, tomada en el Parc se la Muntanyeta (Sant Boi de LLobregat)
Me sabe a ti y no dejo de imaginar tus pasos lentos al llegar, al acercarte con delicadeza abrazándote a mí y rodeando mi cintura. Me envolvías y mecías, me tomabas en brazos con sumo cuidado y girabas y girabas cargada conmigo hasta que me depositabas en el suelo y las volteretas se convertían lentamente en una dulce y silenciosa danza que seguíamos al compás de la melodía que solo nosotros podíamos escuchar. Era la melodía divina que nacía del latir del ímpetu de nuestros corazones, disparando por completo el mundo de emociones que nos embargaba cuando nuestros cuerpos se encontraban, se colmaban de besos y caricias estremeciéndose hasta el alma de la emoción.
Me trae tu recuerdo el sonido alegre de las aves que revoloteaban en torno a nosotros. En aves mensajeras se convirtieron de nuestro amor y llevaban su jubiloso cántico hacia rincones que jamás hubiéramos podido imaginar que pudieran escucharse.
Me huele a ti, cuando lo pienso, el aroma que desprendían las bellas flores silvestres regalándonos su aroma para colmarnos de felicidad, fragancia a lavanda y espliego en nuestros corazones se prendía con deseo.
Amor, te recuerdo en cada forma que toman las nubes cuando escribías en ellas mi nombre y animoso me retabas a caminar descalza entre algodones.
Escucho tu voz en el sonido de la fuente de aquel estanque en el que solíamos contemplar la variedad de peces que sumergidos esperaban con atención la amable mano de los niños que les llevaran su ración de trocitos de pan a los que se habían acostumbrado.
El sonido de cada gota de agua me habla de ti, de tu risa cantarina y contagiosa, de las dulces palabras que a mi oído susurrabas y con las que me hechizabas.
Te pienso y te amo en la hojarasca otoñal que alfombraba el suelo de nuestro parque, en cada hoja que el viento hacía caer de los árboles y que poco a poco se iban despojando de su verdor depositando su vestidura en el césped. Te recuerdo apilando hojas de distintos tamaños y formas para ofrecerme un hermoso ramillete con el que decorar mi habitación. En cada hoja escribías un poema y en el reverso no faltaba la palabra AMOR en letras mayúsculas y un "Te quiero hoy y te querré siempre", como sentencia de eterno amor.
Te pienso y te amo cuando me miro al espejo y veo mi rostro ya marchito por el tiempo, con los surcos que dejan los años y el peso de los fríos inviernos que sin ti tuve que soportar. Te imagino detrás de mí enredando tus dedos en los rizos de mi canoso cabello, susurrándome con voz muy queda que los años no han hecho merma en mi naturaleza y han aumentado mi belleza interior.
Te pienso y te amo al despertar cada día y contemplar el vacío que tu huella dejó en nuestro lecho cuando de mi lado te fuiste sin quererlo todavía y contra tu voluntad.
Te amo y te echo de menos en cada desayuno que preparábamos juntos, en todas las miradas y silencios significativos, en todo el amor que durante tantos años compartimos, en tu presencia etérea que ha permitido que en mi día a día no me sienta desolada y vivir esperanzada con la idea de que llegará el momento en que volveremos a encontrarnos allá, entre algodones y estrellas, el lugar eterno en el que tú estás.
Amor mío, te dedico en estas letras todo el amor que aún mantengo, quiero que sepas que te añoro, que te amo y te amaré siempre con un amor que traspasa el tiempo y que trasciende el plano terrenal. Espero ansiosa el día de acudir a tu llamada y con mi alma ya preparada que conmigo estés presente a la hora señalada para cruzar contigo el umbral y cumplir así nuestra promesa de amarnos para siempre, por toda la eternidad.
Foto de Marina Collado, tomada en el Parc se la Muntanyeta (Sant Boi de LLobregat)
Magnífico relato, Marina. Empiezas la semana con fuerza con esta entrega tan estelar y peculiar. Me ha encantado. Hay pocos humanos que sepan describir ciertas nostalgias con sabor a gloria.
ResponderEliminarUn abrazo y buen comienzo de semana !!!
Mi querido amigo, millones de gracias por tan bonitas palabras. Me alegra que haya sido de tu agrado. Gracias siempre Joaquín porque tus palabras me sirven de aliento. Un fuerte abrazo y feliz comienzo de semana también para ti!!!
EliminarQue hermoso mensaje de espera. Es precioso!!!Besos Mi niña!!
ResponderEliminarMiles de gracias mi querida Marijose. La espera del reencuentro cuando el amor sigue vivo en el recuerdo...Besos y abrazos todos los que seas capaz de soportar amiga querida!!!
EliminarGenial, magnífico relato querida amiga.Gracias por deleitarnos con tus maravillosos escritos.
ResponderEliminarAbrazos de oso.🌹
Gracias miles a ti querida Àngela por leer y por tus palabras siempre alentadoras. Abrazos y besos todos los que seas capaz de soportar preciosa amiga!!!
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