Ir al contenido principal

UNA MISMA FORMA











En cada caricia que me brindan tus manos, 

en cada beso que me regala tu boca, 

en cada suspiro que mi pecho alienta,

 en la emoción del abrazo al encontrarme contigo,

en la suave brisa que mi rostro acaricia,

 en mis ansias de amar y de ser una contigo en una misma forma.

En el espectáculo cromático que en primavera ofrecen los prados.

 En cada fragancia que el viento exhala,

 en las palabras de amor con que al corazón se obsequia.

En la armoniosa cadencia de tu mirada que mi corazón acelera

cuando te pienso y me extasío con el sutil aroma que emana de tu esencia. 
 
  Cuando pronuncio tu nombre sin darme cuenta, 

cuando tu voz evoco convertida en susurro

 como bello regalo la reciben mis sentidos.

Cuando contemplo el cielo y mi cuerpo cubre con un manto de estrellas.

En todas y cada una de las células que componen mi cuerpo, 

que de tu amor se nutren, se embriagan y se alimentan.

En cada paisaje.

 En cada objeto.

En cada deseo.

En cada sueño. 

En cada desvelo.

En cada latido. 

En cada sonido que emite el silencio.

En cada historia que de amor me cuenten.

 Te percibo y te siento en cada uno de los lugares por los que transito,

todos de ti me hablan, hacia tu nombre me transportan y me guían,

 me elevan a la sublime expresión que la palabra amor significa.

 Mi alma de ti se impregna y con la tuya fundida queda

 enlazados en un mismo todo...la misma materia, la misma esencia. 





Imagen de la red





Comentarios

Entradas populares de este blog

ESTARÉ AQUÍ MISMO

    Recuerdo perfectamente el momento en que te vi, tu cara de asombro igualando mi asombro, tus enormes ojos mirándome con extrema curiosidad, una mutua correspondencia en aquel inesperado encuentro. Nunca te olvidé, bueno, más bien, siempre supe que estabas en algún lugar no muy lejos y que nuestros caminos se cruzarían. A pesar de soñar con que ese encuentro se produjera, mi asombro fue tan grande como el tuyo. Ambos nos sobresaltamos de ver nuestras extrañas apariencias, pero en nuestras miradas francas había un reconocimiento que nos acercaba. Tus ojazos me subyugaron por completo, sentí en mi interior una profunda ternura, un deseo incontrolable de abrazarte a pesar de desconocer tu procedencia.  Conectamos enseguida sin necesidad de articular palabras y tuve la necesidad de protegerte de cualquier persona ajena a lo que estaba sucediendo, sentí que debía alejarte de miradas curiosas que quisieran causarte mal por no entender que eres un Ser hermano perdido en un mundo descon

EL RUGIDO DEL DRAGÓN

  Volvió a escuchar el rugido del dragón desde la tenebrosa cueva que lo custodiaba. Camuflado tras el sopor de un narcótico sueño esperaba impaciente el oportuno momento para salir de su guarida y atemorizar a la dueña y señora del castillo aprovechando su debilidad en las horas en que más vulnerable se hallaba. Llamaradas despedían sus fauces desde las entrañas del submundo en el que la oscuridad reinaba. Bestia abominable, sin piedad el terror sembraba en el corazón y el alma. Olvidó cerrar las compuertas donde lo mantenía en silencio en muchos tiempos, olvidó que la bestia con vida permanecía y podía despertar de su letargo en cualquier momento. No quiso concederle tregua y que el rugido más fuerza tomara y ahogó su grito en medio de las tinieblas, extintores de gritos y palabras graves lanzó contra el monstruo que la acosaba, mas, el monstruo no se amilanaba y no retrocedía. Volvió a escuchar el rugido del dragón y destempló su sueño en todas las madrugadas, se negaba a escuchar y

FUERON...

Es el sonido del silencio, el eco roto de tu voz que se instala en mi pensamiento. Son las notas frías de un adiós en la noche sin luna, es la paciente espera por encontrar tu nombre escondido en algún lugar de lo inmaterial. Es el ayer que acecha y quiere llegar a la cima de los dormidos recuerdos, es tu voz que me llama, la que vela mis sueños y entre susurros me alienta. Son los errores cometidos, las palabras vacías, los te quiero no pronunciados, las noches de amor robadas, las horas vencidas los que agotaron el alma. Fueron tantos desatinos los que al sol de la luna distanciaron como ausencias sin motivo que no se perdonaron. Fueron las notas de un violín desgastado por la melancolía, fueron las noches en vela escribiendo a ciegas miles de poemas. Fueron los combates perdidos que dictaron el camino hacia el aprendizaje, fueron los valores perdidos reconciliando pasados, avanzando en la vida. Fueron tantas las muertes producidas como renacimientos inesperados, resurgiendo como el